Ingredientes
- 300 harina
- 130 mantequilla
- 1 huevo
- 150 azúcar blanca (puede ser morena)
- 2 cucharaditas de canela
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1 pellizco de sal
- Un poco más de azúcar y canela para el rebozado
Preparación
- Batir la mantequilla y el azúcar hasta que la mezcla tenga un aspecto blanquecino. Se puede hacer con la batidora.
- Añadir el huevo y vuelve a batir hasta que se integre con el resto de ingredientes.
- Tamizar la harina junto con la canela, la levadura en polvo y la sal.
- Añadir los ingredientes secos tamizados al bol donde estés haciendo la masa y mézclalos con suavidad con una espátula. Mezclar los ingredientes con las manos cuando se pueda. Amasar solo lo justo para que no veas restos de harina. Si te excedes en el amasado es posible que las galletas queden demasiado duras.
- Envolver la masa de galletas de canela en un trozo de film y déjala reposar media hora en la nevera.
- Pasado el tiempo de reposo, coge un pellizco de masa y haz una bolita con las manos.
- Aplasta cada bolita con tus manos hasta que tengan medio centímetro de grosor aproximadamente. Si las dejas muy gruesas puede que el centro quede crudo.
- Mezcla un poco de azúcar con canela en polvo en un recipiente y reboza una de las caras de la galleta. Para ello déjala sobre la mezcla y presiona un poco para que se pegue sobre su superficie.
- Ve depositando las galletas sobre una bandeja de horno protegida con papel para hornear. Coloca la cara que lleva el azúcar y la canela hacia arriba.
- Hornea las galletas a 180 ºC durante unos 15 o 16 minutos aproximadamente. El tiempo exacto dependerá de la potencia de tu horno y del tamaño de las galletas. Procura no hornearlas en exceso, pues quedarán demasiado duras y secas.
- Cuando estén listas, déjalas enfriar unos minutos sobre la propia bandeja del horno. Cuando ya no quemen, deja que se enfríen del todo sobre una rejilla.
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